miércoles, 29 de octubre de 2014

Pos-it.

Perdón por el amor que a veces no sé darte y se evapora.
Perdón por recordarte que el silencio existe,
que la mentira es un artículo de moda,
que tus lágrimas son lluvia destilada.
Perdón por enredarme en el ovillo del orgullo
y descuidar la calma y la ternura.
Perdón por no encontrar la frase exacta
que nos salve del frío y la tristeza.
Perdón por destapar el tarro de los miedos
y dejar que aleteen en tus ojos. 
Perdón por no creer en el mercurio y en los puzzles,
por los condicionales simples y compuestos,
por el amor de encargo,
por el miedo al presente y al futuro,
por no traer el pan esta mañana,
por olvidar el día de tu cumpleaños,
por soñar a escondidas.
Perdón por no llamar a tiempo.
Perdón por levantar el tono.
Perdón por mi descuido y mi torpeza.
Perdón por no decir perdón.

Raúl Vacas.

Declárame tu amor con un disparo.

Como siempre la noche, como siempre la luna,
la bola triste (obscena),
el miedo a morir cualquier segundo de estos
mientras la lluvia aplaude en las aceras,
mientras la radio llora interminable, hermosa,
de un silencio exacto como tus labios,
labios al rojo
dictándome la guerra. Presenten armas.
Apunten. Fuego.

Raúl Vacas.

lunes, 20 de octubre de 2014

La jodida impotencia, el nudo en la garganta.

Cada día que pasa es un día más con la duda de qué pudo pasar, de todas esas cosas que me he perdido por fallos, por pequeños errores. Parece mentira lo mucho que puede cambiar tu vida con tan solo unas palabras, una mala acción...
Quizás ya es tarde para arrepentirme por todo aquello, pero dicen, que de errores se aprende. Y gracias a eso yo he aprendido muchas cosas... He aprendido que los amigos se cuentan con los dedos de una mano, que si fallas estás perdido, que las personas van y vienen y que nadie nunca, permanece en tu vida para siempre, y esto es así. He aprendido también a valorar todo aquello que me rodea, porque quizás, en cuestión de horas, ya no lo tenga. También he aprendido de todos los errores cometidos a vivir el momento, a no preocuparme del qué dirán y a intentar sonreír a pesar de lo que pueda venir.
A veces, cuando pienso en todos y cada uno de los errores cometidos a lo largo de mi vida, se me revuelve todo, y aparece el nudo en la garganta, las ganas de llorar y la impotencia de querer cambiar las cosas y ver que no puedes. Duele ver como todo cambia, pero todo cambia por los fallos cometidos, y eso a veces pasa factura.
Momentos en los que es necesario desahogarse, olvidarse de todos los problemas, de todas esas palabras, esos momentos, esas personas o ese puto mundo que te hizo daño. A veces es necesario todo eso para poder coger un empujón y seguir adelante.
Recuerda que todos somos humanos, y todos a veces cometimos errores.

Felicidad en estado puro.

La mayoría de las personas tenemos un objetivo común: ser felices. Y nos las apañamos como podemos para conseguir serlo. A veces incluso, llegamos a hacer daño a las personas que queremos por ser demasiado egoístas, no pensamos en las consecuencias porque, joder, ¿y lo bonito que es ser feliz?
Cuando realmente somos felices queremos saltar, gritar, correr, jugar, reír hasta llorar, emocionarnos y desde luego, compartir esa felicidad con las personas importantes. Y desde luego que no hay nada mejor que ser feliz y tener a las personas adecuadas en el momento indicado para serlo y que no dejen nunca que dejes de ser así. 
Y es que la felicidad está formada por pequeños momentos y personas, por recuerdos y obstáculos vencidos, por la fuerza y el valor.

domingo, 19 de octubre de 2014

Myself.

Se acabaron las lágrimas y los malos ratos, se acabó el dejar de sonreír, se acabó el mal tiempo en mi vida, va a empezar a salir el puto sol. Se acabaron los días de lluvia, de mal tiempo; se acabó pensar demasiado, las noches pensando en el pasado, recordando lo que pudo ser y no fue. Se acabó ser débil y no avanzar, se acabó rendirse sin nisiquiera intentarlo. Es el tiempo de las sonrisas sin sentido, las lágrimas de emoción y gritar de felicidad.